Griegos Micénicos

J.Luis Cebrián o cómo sacar los pies del tiesto

11/11/2007 4 Comments
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No suelo hacer uso de mi blog para escribir en estos términos, pero mi enfado esta vez me obliga a ello. Enfado mayúsculo, por cierto.

Terribles las palabras del Señor Juan Luis Cebrián. Terribles.

Éste prenunció un discurso que los jóvenes que seguimos la trayectoria de la Real Academia (y los que no) hubiéramos agradecido que se ahorrara.

Su comunicación se titulaba «La vida en un blog». Sonaba interesante. Hasta que lo he leído. El Señor Cebrián hablaba en ella sobre el exitoso fenómeno de las bitácoras en internet. Lo malo es en los términos en los que hablaba. A saber:

«(La palabra bloc) … ha de vérselas, y muy en serio, con otro neologismo de reciente importación, blog, en este caso con g, que el uso y los diccionarios han pretendido sin apenas éxito traducir como bitácora, y que denota uno de los fenómenos de la comunicación social más espectaculares de la Historia: la existencia de millones de dietarios personales, echados a navegar por las redes mundiales informáticas, que componen un entramado de relaciones individuales y colectivas apenas imaginable hace diez años. (…)».

Nada tiene que ver un bloc con un blog, cualquier chaval que tenga mínima idea podrá explicarle la diferencia. Blog viene de WEB LOG, como muy bien indica el Señor Cebrián, y no es ningún cambio maléfico ni ninguna mala interpretación de esta juventud perdida sobre la santa palabra bloc.

«(…) explicaré que un blog, inicialmente, no consiste sino en un diario personal escrito en una página web. Dicho diario puede ser individual o colectivo y gracias a la conectividad del sistema acaba convirtiéndose en un lugar de comunicación, una nueva forma de sociabilidad típica del ciberespacio, un territorio común que desafía, entre otras cosas, la noción clásica de la política como gestión de un espacio público compartido (…)»

Si el señor Cebrián se diera un paseo por la blogosfera, vería que la teoría no se corresponde con la práctica. Un blog es mucho más que una página en donde cuento lo mal que me ha ido el día. Hay blogs, como este mismo, que no se ocupan de esos avatares, si no que son publicaciones de trabajos propios, de lo que uno quiere compartir y donde la gente busca información sobre temas concretos. Hay muchos tipos de blogs, y eso debería haberlo diferenciado el Señor Cebrián. Es una falta de respeto al trabajo de los demás criticar los blogs en los términos en los que lo hace.

Sobre que «(el blog es) (…) un territorio común que desafía, entre otras cosas, la noción clásica de la política como gestión de un espacio público compartido (…)», no puede estar más equivocado. La blogosfera es un espacio público como otro cualquiera a gestionar, y como ya he dicho alguna vez, la política y la justicia andan dos pasos por detrás. Hacen falta leyes que rijan el anonimato y los insultos, amenazas etc. impunes que se producen en este medio gracias a él. Y ese «entre otras cosas» hubiera estado bien que lo aclarara.

Y sigo:

» (…)En efecto, aunque los hemos definido como diarios personales, lo que se ajusta inicialmente a la realidad, los blogs se diferenciaron de aquellos, también desde el principio, en dos cuestiones cruciales. La primera es que, mientras en un dietario clásico las entradas y anotaciones se producen en orden cronológico, de más antiguas a más recientes, en un blog se invierte dicho orden, de modo que se consulta comenzando por el final, retrocediendo en el tiempo a partir de ahí. La segunda, y mucho más importante, consiste en que (…) los blogs fueron ideados para ser leídos, y aun manipulados, por terceros, están llenos de enlaces a otros blogs que los demás escriben y, cualesquiera que sean los valores que en ellos se defiendan o estén presentes, la intimidad no forma parte de ese elenco. Antes bien, podríamos asumir que hay una cierta pasión por el exhibicionismo, a veces bajo la excusa de la comunicación, en toda la actividad que se desarrolla en la red. Al fin y al cabo, quien se abre una gabardina y enseña los genitales a los viandantes busca también una forma de comunicarse.»

Este párrafo es erróneo, demagógico y de un mal gusto que repatea.

Como ya he dicho que nada tienen que ver los blocs con los blogs, comparar las funciones de ambos es innecesario. Partiendo ya de esta base, lo demás es todo patraña para mostrar la moralidad dudosa de quienes usamos los blogs. Aun así, desmontaré la sarta de despropósitos que aquí se aducen.

1- ¿Que los blogs fueron ideados para ser manipulados por otros? «Manipular» es un verbo que aquí suena muy feo. Nadie manipula mi blog. Mi blog es mío. Yo escribo lo que quiero en él y no está ideado para que los demás cambien lo que yo escribo. En todo caso aceptaré o no los comentarios que los demás quieran hacerme, que es muy diferente. Por eso es un medio de comunicación: yo expongo algo y los demás opinan o no. Supongo que habla de la misma manipulación que todos creemos en periódicos y telediarios. Pero no, no se equivoquen. Un blog lo escribe una persona o una comunidad con unas ideas marcadas y en ningún momento un blog promete objetividad. Un blog no es un medio de comunicación objetivo.

2-¿Cualesquiera que sean los valores que en ellos se defiendan? Esa frase suena a que los valores que aparecen en los blogs son dudosos. Es una frase muy ambigua y malintencionada, pero no menos que afirmar que la intimidad es un valor. La intimidad es un valor, o no. Cada uno tiene su intimidad y decide si guardarla o no. Esconder uno su vida privada puede ser un valor o un acto de cobardía, dependiendo del caso. Eso es demagogia.

3- ¿Podríamos asumir cierta pasión por el exhibicionismo? No sólo puede asumirlo, sino que lo afirma durante toda la comunicación. Y hay que pensar que también puede no asumirse. El exhibicionismo es una actitud libre de cada persona, y puede ejercerlo si quiere. «Asumamos» que lo ejerce. ¿Lo haría bajo la excusa de la comunicación? No, lo haría por la comunicación a secas, sin la excusa. Los blogs son comunicación constante. Y uno es muy libre de comunicar su vida privada y pública a los demás por ejemplo en un blog. Es muy respetable.

4- ¿Que quien se abre una gabardina y enseña sus genitales busca una forma de comunicación? Quizá, y con todo el respeto que el tema merece, estas personas tienen algún problema mental y es necesario tratarles. Muy a la ligera se ha tomado el tema. Pero como yo no soy psicóloga, lo desconozco. Aun si así fuera, si enseñar los genitales no es un trastorno, sino una forma de comunicación, la diferencia entre un bloguero que pone una foto suya en pelotas en su blog y un exhibicionista de la calle, es que el bloguero no obliga a nadie a verle. Si usted no quiere visitar su blog, no lo haga. Nadie le va a asaltar en internet para obligarle a hacerlo. Es más, si yo pongo en mi blog una foto mía en cueros, me lo cierran. Por cosas menos importantes hemos sido censurados ya. Esta comparación que ha hecho el Señor Cebrián es pésima y muy poco acertada.

«(…) Sin embargo bitácora no es sino una especie de armario, fijado a la cubierta de un barco junto al timón, que alberga la aguja de marear. O sea que no puede resultar menos apropiado el llamar así a un espacio abierto y comunicativo como los blog, donde por cierto la aguja de marear padece una tendencia irreversible a volverse loca.»

Bitácora es otro nombre que se le dio al blog en castellano y que se sigue usando tranquilamente. No sé si es apropiado o no, ni quién sea el señor Cebrián para juzgarlo. Y como ese es su nombre, así tendrá que recogerse en el diccionario junto con la primera acepción que se explica en la intervención del señor Cebrián. «El signo lingüístico es arbitrario», y aquí lo arbitra el ususario, no la RAE.

Que la «aguja de marear padezca una tendencia irreversible a volverse loca» contiene un vocabulario propio de la enfermedad que sí es poco apropiado para este tema, y una velada afirmación de que en los blogs se habla o se actúa a tontas y a locas. En efecto internet es muy grande y uno puede perderse enseguida buscando información. O no, si uno es espabilado. Se puede encontrar de todo, sobre casi todo.

» (…) Pero es desde luego lo que hay que hacer (aceptar blog como palabra castellana), lo mismo que con cuantos términos se deriven de él, como bloguero, bloguear, o blogosfera. Creo, por lo demás, haber argumentado suficientemente la necesidad de este cambio, que no responde a un capricho, moda o truco publicitario, sino a la necesidad de llamar a las cosas por su nombre. La Academia ha sido siempre muy respetuosa con esta norma, que solo pretende contribuir a la construcción del idioma, frente al empeño que otros muestran en destruirlo (…)»

Sólo faltaba. Efectivamente, es lo que hay que hacer, aunque folios antes se haya dejado por los suelos a quien lo «inventó» y a quienes lo usamos.
Y la Academia no tiene que contribuir a construir un idioma: quienes lo usamos lo construimos. La Academia fija lo que pasos antes los usuarios han decretado. Limpiar y dar esplendor, que lo haga cada escritor, cada poeta o cada persona en su blog, si quiere.

«(…) Entre los fenómenos más acusados de la vulneración del idioma por culpa de los cacharros tecnológicos de uso común, se encuentra el pateo de la ortografía que los usuarios llevan a cabo en los mensajes de los teléfonos celulares (…). El mundo académico debería (…) prestar una atención más puntillosa a esta erosión idiomática producida por algunas aplicaciones de los teléfonos portátiles, no resignándose a que sean solo los propios usuarios los encargados de establecer la norma y equivalencia lingüísticas en la piedra roseta de nuestra civilización (…)»

Mis apuntes de clase tienen un estilo muy parecido al de los SMS, mis exámenes no. Dejen de llamarnos «paletos» por cómo escribimos en los mensajes o en el messenger. Si los niños y muchos adultos escriben cartas a los reyes como quien manda un SMS la culpa no es de las nuevas tecnologías. Es de una mala educación en el colegio, una pésima educación en casa y una nula voluntad en hacer las cosas de la mejor manera posible. ¿Que no seamos los propios usuarios quienes decidamos cómo comunicarnos?

«(…) Un diccionario y una ortografía, quién sabe si hasta una gramática, aplicadas a dicho fenómeno nos ayudarían a reconocer la interactividad entre los lenguajes digital y analógico, a fin de que este no acabe siendo destruido y malformado de continuo por el nervio impaciente de los moblogueros (…)»

Sí, junto con el móvil al comprarlo que nos regalen una grámatica del SMS. Una gran idea.

«(…) Pese a estas advertencias sobre el probable destrozo del idioma que las redes digitales pueden propiciar, para nada pienso que la frivolidad de muchos intercambios que en ella se producen deba ser motivo de preocupación.»

Pues la expresión «probable destrozo del idioma que puede propiciar» no deja muy claro que de verdad no le preocupe el tema.

«(…) Resulta más preocupante, en cambio, la frivolidad disfrazada de ropajes respetables, la vacuidad sonora de los demagogos o la credulidad prestada a mentirosos y falsarios. Problemas todos ellos muy visibles en el actual universo de la red.»

Y en el universo de fuera de la red. Dudar de la moralidad y la educación de los blogueros en general, minusvalorar su forma de expresión y compararles con un exhibicionista de sus genitales desde su asiento de la R.A.E. no le da al Señor Cebrián más credibilidad que la que tiene por sí mismo, que es ninguna, utilizando además un lenguaje demagógico y ambiguo, y unos argumentos falaces cuando no inventados o traídos por su propio interés y tópicos pasados de moda. Con ello pretende ganarse la antipatía del auditorio hacia los blogs, enarbolando la bandera de la moralidad y el respeto por la lengua.
«(…) Inventados por periodistas, (practicantes por lo mismo del lenguaje, el estilo y las manías del periodismo), muchos blogs se han convertido en una manera peculiar de dirigirse a los lectores, una especie de reporterismo participativo que, al tiempo que recupera alguna de las buenas tradiciones del oficio, anuncia la creación de un nuevo género, ya definido por los teóricos de la comunicación como información conversacional. De los millones de blogueros activos sólo una minoría puede verse encuadrada en la militancia de esa especialidad, en la que el papel del periodista como intermediario entre la realidad y los usuarios de los medios se ve sustituido por el de agitador o promotor de las insinuaciones y deliberaciones ajenas. No cabe la menor duda de que gracias a eso hay ahora a disposición del público una gran cantidad de información que de otro modo nunca hubiera visto la luz (…)»¿Información para agitar e insinuar escrita por periodistas de medio pelo? Pues no les lea, Señor Cebrián. Yo no leo lo que no me interesa. Pero creo que aquí se empieza a ver más claro el problema que hay con los blogs.

Veamos:

«(…) Desde ese punto de vista los blogs, al igual que el denominado periodismo ciudadano, constituyen un aporte al desarrollo de la democracia participativa, aunque en muchos aspectos está por descubrir qué cosa sea ésta.(…) El mundo de la comunicación en general, y el de la prensa escrita en particular, mientras continúe siendo analógico, seguirá comportándose como causa y consecuencia a la vez de los sistemas de representación política. Los periódicos son en muchos aspectos un producto tan antiguo, o tan joven, como la democracia representativa, pertenecen a su propio entramado, y participan de su mismo destino (…)»

¿Y los blogs entonces? Como nueva forma de comunicación tendrá que ser causa y consecuencia de un nuevo sistema de representación política. Si los periódicos lo son de la democracia representativa y van unidos a su destino, y ya que estamos viendo que están amenazados por esta nueva forma de comunicación, será entonces que la democracia representativa está también amenazada. ¿Amenazada por qué? Pues por la democracia participativa que trae la malévola informatización de las masas.

O sea. Que con la democracia en la que vivimos, representativa, nace su medio de comunicación – de cuyas caraterísticas muy oportunamente no habla -. Pero ambos se ven amenazados por un medio de comunicación «participativo» como es el blog, caracterizado por ser fácilmente manipulable (¿?), por estar escrito por personas sin educación, con una enfermiza obsesión por exhibirse sin ninguna razón, con valores dudosos y carentes de la «virtud» de la intimidad, o por «periodistas» que se convierten en agitadores. ¿Qué clase de democracia puede traer consigo semejante forma de comunicación carente de sentido (por aquello de la aguja con tendencia a volverse loca) y basada en el exhibicionismo?

«(…) La ausencia de jerarquías y la confusión pertenecen también a la nueva cultura digital, cuyo caos frecuente desafía el perfil piramidal de nuestras sociedades. (…) Los frutos tempranos de la información conversacional no son todavía muy jugosos, pero ya han tenido ocasión de transmitir un sabor amargo (…)»

¿El perfil piramidal de nuestras sociedades? ¿Pero esta sociedad no era democrática representativa?

Sobre twitter no voy a hablar, porque desconozco absolutamente su funcionamiento. Sobre seguir la cida privada de los demás… Cada uno es libre de vender su vida y los demás de comprarla. Cada cual sabrá lo que hace.

» (…) Podemos interrogarnos también sobre el futuro de los neologismos que desde la red nos invaden (…)»

Pues casi que hubiera sido mejor hablar un poco más sobre eso, y un poco menos sobre quienes usamos esas nuevas palabras.

«(…) La sociedad de la información está revolucionando profundamente la cotidianeidad de las gentes (…)»

De las gentes que tenemos acceso a internet. A otras muchas estos debates ni les llegan, ni les interesan.

Como conclusión, que la Real Academia de la Lengua Española no es el sitio para que nadie ataque a quienes utilizamos los blogs, ni vaticine la caída de esta sociedad democrática por hacer uso de ellos. Si al Señor Cebrián le molestan las nuevas formas de comunicación que vaya a llorarlo a su canal de televisión. Probablemente su salida de tiesto se deba más a intereses personales que comprobarán fácilmente mirando la vida de este señor en la Wiki, por ejemplo. La de horas que me pierdo yo de tele por estar aquí escribiendo.

Toda esta gente que se dedica a meterse con los demás, a llamarnos paletos, a mirarnos por encima del hombro, que salga a darse una vuelta por la blogosfera y compruebe lo buena que puede ser la informática para enseñar a los críos, a que hagan trabajos en aquipo, a que desarrollen un blog sobre lo que más les guste con la responsabilidad de hacerlo bien y sin faltas de ortografía, o que visite los blogs sobre últimas noticias (los que yo conozco sobre el mundo clásico), o sobre otras ciudades o civilizaciones por gente de aquí que vive allí, o de profesores (blogfesores, apúntese este palabro también)…

Lo que el señor Cebrián ha hecho ha sido valerse de un sitio que de cara al público le reporta cierta autoridad para expresar una convicción personal que no le interesa a nadie, ha insultado veladamente y ha apartado la atención de los verdaderos problemas de los que adolece esta sociedad demonizando a los bloguers.

Que no nos intenten engañar, que dejen de tratarnos como a MEMOS. Que diga lo que ha dicho desde la R.A.E. es una vergüenza, porque allí no se debe cargar contra nadie ni avisar de la destrucción del universo democrático. Esa no es su función. Sus fobias personales lléveselas a otro foro donde le corresponda estar.

A mí y a otros, con discursitos como este, cargados de tópicos ridículos y comparaciones malintencionadas no nos toman el pelo. Que lo diga desde la R.A.E. ni le confiere más veracidad ni el respaldo de quienes allí estuvieron escuchando.

El verdadero problema es que hay gente a la que no le conviene que esto de los blogs siga aumentando y la gente pueda comentar de lo que quiera sin problemas, por miedo a reveliones, como ha pasado siempre en la historia. Y el otro verdadero problema, la educación patética que se da en este país (en la sociendad, en escuelas, casas, institutos y universidades), incapaz de hacer gente crítica que salga al paso de tópicos, mentiras y medias verdades.

Menos mal que aún así hay mucha gente que no es tonta.

Más comentarios al respecto aquí.

Lang

Estudio filo clásica, pero sólo la practico a ratos para escribir por aquí y enseñar lo que puedo. Me encantan las escrituras antiguas, especialmente el Lineal B. Comparto lo que sé, y además con eso consigo no olvidar yo... Edito en Wikipedia, ya esporádicamente, como Lang. ¡Contacta conmigo para cualquier cosa! Preguntas, colaboraciones, sugerencias...

4 Comments

  1. Responder

    Lang

    13/11/2007

    No, no seas modesto. Mejor a lo grande, una trilogía: «La Blogestíada»

    1- «la vida en un blog»
    2- «los bloc, secadores de inspiración; el gran hermano les controla».
    3- «los manólogos de la bitácora»

  2. Responder

    Javi

    13/11/2007

    Pues eso sí que no, Lang. No vayas a comparar a Cebrián con Sófocles, que lo mismo compone otro discurso titulado «los bloc, secadores de inspiración; el gran hermano les controla».

  3. Responder

    Lang

    13/11/2007

    Hola Javi!

    Pues sí, estas pataletas no suelen arreglar nada, no pecaré yo de hybris, pero bueno. Hubo comentarios que me sublevaron.

    Lo peor es que lo dijera donde lo dijo. Si no, me daría lo mismo.

    Y sí, es tan largo que me he quedado seca de inspiración para lo de Antígona, jajaja.

  4. Responder

    Javi

    12/11/2007

    Uf, Lang, vaya agón contra la pared. Porque me temo que Cebrián es un poco como un muro, aunque en cosas tienga razón.

    Muy buena crítica, por lo exhaustiva y por lo acertada.

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